Hay una cercana zona de la provincia que se queda a medio camino entre nuestra comarca y las tierras de El Burgo, hoy hablamos de las maravillas entre Pinares y la ribera del Duero soriana.
Haremos un pequeño recorrido centrado en el municipio de Espeja de San Marcelino y sus pedanías. En él encontramos pequeños rincones que sirven para pasar una agradable tarde de excursión. Discretas maravillas naturales y patrimoniales que precisamente por esa discreción de los rincones desconocidos de Soria, todavía permanecen casi en el anonimato.
Monasterio de los Jerónimos
Puedes comenzar la visita por el pueblo de Guijosa. A 1 km del casco urbano hay una pequeña área junto a un manantial, acondicionada para un refrigerio, contigua a las ruinas del Monasterio de la Orden de los Jerónimos. Fue fundado en 1402 por el obispo de Osma Don Pedro de Frías. Dicha construcción fue utilizada como hospital durante la Guerra de la Independencia, conservando la comunidad Jerónima hasta la Desamortización de 1835, cuando fue abandonado. La iglesia se mantuvo en buen estado hasta 1939 y fue demolida tras la Guerra Civil. Hoy en día apenas queda en pie una pared, pero merece la pena acercarse a respirar el aire de aquello que fue, pero no pudo sobrevivir al paso de la historia y del tiempo.

La que sí sobrevive muy cerca de allí desde el s. XII es la ermita románica de la Inmaculada Concepción. De pequeñas dimensiones, su ábside cuadrado y los aleros se apoyan sobre canecillos labrados sencillamente. La portada de vueltas lisas tiene un par de columnas con 2 capiteles decorados con un sagitario y una tosca arpía, aunque apenas se aprecian. Si eres amante de este estilo arquitectónico, no dudes en pasarte.
Torca de Fuencaliente
Otro lugar muy característico y peculiar es la conocida como Torca de Fuencaliente. Se suele llamar así por estar cercana al pueblo de Fuencaliente del Burgo, aunque está situada en la intersección de los pueblos de Guijosa, Fuencaliente del Burgo y Muñecas. Tiene 25m de ancho y supera los 80m de profundidad, aunque se va estrechando al llegar al fondo y no se sabe con exactitud hasta donde llega, superando su desarrollo los 150 metros.
Además, es un lugar rodeado de leyendas, como suele pasar en este tipo de lugares. Una de ellas cuenta que la Torca fue utilizada durante la Guerra de la Independencia por las guerrillas españolas, que atraían a las tropas francesas hasta este lugar para hacerlas caer.

No está señalizada esta sima por lo que hay que usar sistemas de geolocalización para llegar. Tampoco está perimetrada con vallas de seguridad, ni su camino es apto para todos los vehículos. Sin embargo, sus impresionantes dimensiones hacen que merezca la pena aventurarse.
La Pasarela de Espeja
A las afueras de Espeja de San Marcelino, en dirección a Espejón, se halla este breve y escarpado desfiladero. Este cañón que deja el Río Espeja a su paso en general solo lleva agua en época de lluvias. Fue la primera vía ferrata abierta Castilla y León y poco a poco ha ido mejorando y ampliando sus tramos.
Consta de 3 partes, aunque ninguno es apto para la iniciación. Encontraremos en su recorrido una gran variedad de agarres predominando presas en forma de alcayatas y tornillos de vías de tren. Se trata de un trazado que exige gran fortaleza y extremar las precauciones ya que en muchos puntos hay que buscar el apoyo de los pies en la roca que puede resbalar por la erosión.

Como colofón te recomendamos subir hasta la pasarela colgada sobre esta hoz que da nombre a la vía. Desde aquí podrás ver el recorrido realizado a vista desde las alturas.
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La hoz de Orillares
Finalmente, de vuelta al hotel, pasamos por el que quizás sea el destino más conocido de los que hoy proponemos. Hablamos de un paraje que los lugareños también denominan Cuevas de la hoz. Es un pequeño cañón que se abre al paso del río Pilde y que culmina al llegar a la Fuente de las Mozas. Seguidamente, se encuentra el antiguo molino y un bonito paseo entre un camino casi extinto y campos de labor que termina en el Puente del Edigo.

Durante el recorrido, es posible avistar buitres volando a menor altura de la que encontrarías en el Cañón del Río Lobos. Esto es debido a que las montañas tienen una menor elevación sobre el terreno.
¡Esperamos que os hayan gustado las maravillas entre Pinares y la ribera del Duero soriana!