Esta semana viajamos desde El Cielo de Muriel hasta La Hoz de Orillares, otro de esos pequeños parajes de los pueblos de la zona que nos esperan con grandes sorpresas. Como bien sabéis, nos encanta realizar propuestas que ponen en valor la riqueza natural y patrimonial de nuestro entorno. El destino de esta vez llama la atención por su modesta espectacularidad pues son muchos los atractivos en un rincón tan discreto.
¿Dónde se encuentra?
Como su nombre indica, nos desplazamos a la localidad de Orillares. Esta pedanía del municipio de Espeja de San Marcelino situado al oeste de la provincia, está a menos de 40 km de nuestro emplazamiento. El desplazamiento hasta allí está más que justificado, no solo por la belleza del lugar sino por la posibilidad de acercarse hasta otros puntos de interés turístico próximos.
En nuestro camino hacia la hoz, a la entrada del pueblo, encontramos el antiguo lavadero y unos metros adelante la fuente con pilón. En el lado opuesto de la vía nos indicará que vamos en la dirección correcta una peculiar señal de madera junto a un mojón que también nos muestra el rumbo a tomar para ir al bar. Ya en la salida del núcleo urbano, cuando las casas desaparecen, hemos de estacionar nuestros vehículos. Es recomendable no introducirlos dentro del paraje para garantizar su conservación y la tranquilidad de sus habitantes. Seguiremos las indicaciones ya que no está muy lejos y el trayecto constituye un agradable paseo.
El recorrido
Después de aparcar empezamos a andar nuestro recorrido. Entre campos de cultivo pronto llega la cuesta abajo que nos adentrará en la pequeña garganta rocosa. A continuación, nos encontraremos a nuestra izquierda con el responsable de la formación de este singular lugar, el río Pilde. Este no es más que un pequeño afluente que por lo general porta una discreta cantidad de agua. Sin embargo, en época de lluvias puede llegar a inundar parcialmente la zona dando un aspecto más espectacular, si cabe, a algunas de sus cuevas.
Una vez allí ya sólo es cuestión de explorar y descubrir por nosotros mismos todos los encantos y recovecos que la naturaleza ofrece. Curiosas oquedades, el río atravesando una cueva, una mole de roca gigante que parece un perfil humano… En la antigüedad hubo por allí una aldea no muy lejos que hoy en día da lugar a numerosas leyendas. Tras pasar la parte más estrecha, donde la hoz comienza a perder su nombre, encontraremos la Fuente de las Mozas y un poquito más alejado un antiguo molino al que ya no llegan las aguas.
Pero no toda su riqueza es paisajística, anida allí una colonia de buitres leonados aprovechando los farallones de las alturas que confieren un espectáculo añadido, sobre todo en época de cría. Además, también es un enclave ideal para el astroturismo que tanto nos gusta promover.
Otros lugares de interés
Muy cerca de aquí, en las diferentes localidades que componen el municipio de Espeja de San Marcelino, es posible visitar otros lugares con los que completar nuestro viaje como por ejemplo las ruinas del Monasterio de los Jerónimos de Guijosa, la Torca de Fuencaliente o la Pasarela de Espeja.