Si sois amantes de la época medieval , tiempo de batallas y conquistas, esta semana os proponemos como destino castillos cercanos a El Cielo de Muriel. Rodeados de rico patrimonio como estamos, nos centramos en aquellas fortalezas que tenemos a tiro de piedra y de las que podéis disfrutar recorriendo breves trayectos. En un radio no mayor de 35 km visitaremos 5 espacios que tuvieron gran relevancia en el pasado y que hoy luchan contra el paso del tiempo. Sin más dilación ponemos rumbo a nuestro primer y más cercano objetivo.
Castillo de Cabrejas del Pinar
En la localidad vecina de Cabrejas del Pinar, de la que únicamente nos separan 8 km, fue edificado en el s. XIV, sobre los restos de uno anterior, un castillo de considerables dimensiones. A pesar de ser reformado al siglo siguiente, son escasos los restos que han llegado hasta nuestros días.
Se conserva de forma parcial su tosca torre del homenaje con una altura de unos 15 metros. El resto de la construcción estaba separada por un muro y un foso por lo que deducimos que tuvo puente levadizo. También estaba provisto de un aljibe posteriormente cegado. Además, quedan un par de puertas, una al norte y otra al sur y un cubo de vigilancia.
Su acceso no es muy difícil puesto que está casi en el centro del pueblo sobre un pequeño cerro al que nos conduce una senda.
Castillo de Calatañazor
Visitar esta villa siempre es un placer. Calatañazor es uno de los lugares que con frecuencia recomendamos a nuestros clientes. Se ha convertido en uno de los pueblos más famosos de Soria por su esencia medieval y tenemos la suerte de encontrarlo a sólo 16 km de distancia. Su castillo corona la localidad, así que para visitarlo sólo hay que ascender por la calle principal que se compone de una prominente cuesta empedrada flanqueada por casas tradicionales de piedra y entramados de madera y adobe.
Originario del s. XII y levantado para vigilar la hoz del río Milanos, los restos que encontramos hoy en día son del s. XV. Tenía en principio planta rectangular, 4 torreones en las esquinas y una robusta torre del homenaje. Aunque hoy en día lo encontramos en estado de ruina, la consolidación llevada a cabo hace unos años hace que podamos transitar por su interior con total tranquilidad. Su aliciente principal es la posibilidad de subir a lo alto de la torre del homenaje que se ha convertido en un mirador de lujo sobre el Valle de la Sangre y las chimeneas cónicas que adornan buena parte de los tejados del casco urbano. Su antiguo patio de armas se abre a la plaza del pueblo provista de soportales y un rollo de justicia.
Completa el resto del conjunto la muralla que rodea toda la villa cuyos cubos y lienzos también han sido consolidados. Si todavía no conoces este pueblo de película pincha aquí.
Castillo de San Leonardo de Yagüe
Podríamos decir que se trata de uno de los castillos más importantes de España. La razón no es otra que ser la primera fortaleza «abaluartada» construida en el país. Al contrario que el resto de componentes de nuestro artículo, este fue levantado en época posterior a la Reconquista. Pasado el momento de luchas entre moros y cristianos y estando San Leonardo en una zona tranquila, el noble castellano Juan Manrique de Lara obtuvo el permiso de Felipe II para erigir sobre un cerro el castillo-palacio sobre el que fijaría su residencia. Decorado en el estilo renacentista propio del s. XVI, tuvo patio interior, polvorín, capilla, grandes ventanales y gruesos baluartes en cada una de sus 4 esquinas preparados para repeler los ataques de las armas de fuego.
En la actualidad también lo encontramos en ruinas aunque recientes excavaciones nos dejan ver algunos de sus habitáculos originales. Para subir hasta él debemos situarnos frente al teatro-cine de la localidad. Al otro lado de la carretera comienza una cuesta que pasa junto a la ermita de las Angustias. Después el camino se convierte en un estrecho trayecto pavimentado con retorcidas curvas por el que apenas cabe un coche. Arriba nos espera un amplio aparcamiento. Desde allí también podemos observar la villa sanleonardesa y su bonito entorno pinariego por todo lo alto.
Castillo de Ucero
Por su origen y su enclave a este podríamos catalogarlo como el más mágico de nuestra lista. Situado en la desembocadura del Parque Natural del Cañón del Río Lobos y muy próximo a la ermita templaria de San Bartolomé, hay una corriente muy extendida que atribuye su construcción del s. XI o por lo menos su posterior custodia a la Orden del Temple. A lo largo de su historia ha sido plaza de disputas entre castellanos, residencia de descanso de los obispos de Osma e incluso cárcel. Con el devenir de los tiempos la población bajó al llano y un voraz incendio en el s. XVII acentuó su abandono.
Tenía nada más y nada menos que 3 recintos amurallados, foso, puente levadizo, rastrillo, aljibe y una iglesia románica extramuros. En la actualidad se conservan gran parte de sus lienzos y su esbelta torre del homenaje con techumbre original. Podemos encontrar gárgolas, escudos, pinturas y bellas molduras. Una de las curiosidades que más llama la atención al visitante es la supervivencia al paso de las centurias de su pasadizo. Hablamos de un pequeño tramo de túnel que comunicaba la fortaleza con el río Ucero al que bajar en caso de asedio.
Hasta él se puede acceder andando por medio de una amena ruta circular que parte desde la Casa del Parque del Cañón del Río Lobos. También es posible acercarse en coche por medio de una pista de tierra que hay después de Ucero en dirección a El Burgo de Osma.
Castillo de Osma
Junto al bonito pueblo de El Burgo de Osma, a la otra orilla del río Ucero, nos espera el castillo de Osma. Levantado desde principios del siglo X sobre un recinto anterior y en pleno territorio de pugnas entre moros y cristianos, llama la atención que es el único de la zona de origen cristiano y no musulmán. Perteneció al reino de León y no al de Castilla ya que fue Ramiro II de León quien promovió su construcción. Con 4 torres y 2 puertas era una codiciada plaza en la línea defensiva del Duero.
Contaba con tres recintos amurallados que se adaptaban a la morfología del cerro. Del primer recinto se conservan sus altos muros y una puerta de acceso. Los expertos dudan si su forma era de arco de medio punto o arco de herradura propio del mozárabe del lugar. Lo que si se aprecia es que tiene un parecido muy considerable con la puerta califal de la fortaleza de Gormaz. En los extremos del cerro se disponen las torres del Homenaje y otra perteneciente al segundo cinturón que apenas se conserva. Del tercero sólo queda en pie la torre del Agua, situada en la zona norte y que vemos junto al río Ucero.
Recorrer en la actualidad esta joya supone un viaje en la historia. Dicho viaje queda perfectamente explicado por los paneles informativos que se han ido colocando a lo largo del trayecto. Así podemos distinguir las distintas etapas constructivas, ver que también fue utilizado como cuartel o apreciar los restos de una necrópolis medieval, entre otros muchos detalles. Además, gracias a la nueva red de pasarelas de madera, escaleras, pasamanos y otros elementos, transitar por allí es muy cómodo.
Llegar hasta las inmediaciones de la fortaleza es muy sencillo. En todo momento podemos divisarla desde la lejanía en lo alto de un cerro. Al llegar a El Burgo de Osma cogeremos la N-122 en dirección San Esteban de Gormaz sólo unos metros y tras pasar el puente sobre el río Ucero tomaremos el desvío hacía la izquierda en dirección La Rasa. No es posible subir en coche por lo que os aconsejamos dejarlo junto a la iglesia de Santa Cristina de Osma y cruzar el puente de Osma.
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