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El Mercado Medieval de San Esteban de Gormaz

A menudo nos encanta hablar de lugares que nos hacen viajar en el tiempo como Calatañazor o Caracena, sin embargo esta vez haremos un periplo intertemporal por medio del mercado medieval de San Esteban de Gormaz.

Estos eventos se han puesto de moda en las últimas décadas y son otra forma muy divertida y original de sumergirnos en épocas caballeros y princesas, de moros y cristianos. Además, los contenidos que en ellos podemos encontrar son de lo más variopintos.

Bisutería y joyería

No pueden faltar las joyas, de menor o mayor valor, pero no puede faltar la oportunidad de acabar la jornada luciendo algo nuevo. Anillos, collares, pulseras, pendientes, abalorios… En plata, puede que oro (aunque más difícil de encontrar), de cuero e incluso de materiales reciclados.

Viandas

Este es sin duda uno de los apartados preferidos de los asistentes, el buen yantar. Además, se puede encontrar cada vez más variedad de comida de diferentes países. Desconocemos si siglos atrás se degustarían por estos lares crepes o pizzas, sin embargo lo más llamativo es ver unos buenos costillares asándose a la brasa. Son imprescindibles también los puestos de venta de pan, pasteles, repostería, encurtidos e incluso gominolas.

Animales

Cuando el mercado es de cierto prestigio y gran trayectoria, como es el caso de San Esteban de Gormaz, cuenta con exhibiciones de cetrería y la posibilidad de contemplar de cerca buitres, águilas, halcones, etc, muy de cerca. Los paseos en poni para los más peques también son posibles. Incluso camellos, grandes serpientes y los más exóticos animales parece que tienen cabida en el medievo. Una de las actividades más curiosas es el paseo con ocas por todo el recorrido.

Oficios

Desde maestros panaderos, alfareros, curtidores… podemos ver demostraciones de como se trabajaban diferentes materiales y productos a la antigua usanza. Uno de los oficios más delicados y entretenidos es el soplado del vidrio que no siempre acude a esta localidad ribereña. Quienes nunca fallan son sus prestigiosos forjadores, con sede a tan sólo unos metros.

Ropa

Las prendas que en ellos encontramos no es que sean de corte muy medieval, son de época contemporánea más bien, pero podemos hacernos con verdaderas gangas de mercadillo. Como curiosidad podríamos decir que una parte de los colores que vemos en las prendas a la venta no podríamos encontrarlos el la Castilla de hace siglos.

Música

Acompañando la ambientación, la decoración y la multitud solemos ver músicos que cada cierto tiempo hacen el trazado del mercado amenizando la jornada al son de música de tipo celta, gaitas, grandes tambores, zamfonas…

Objetos de decoración

Espejos, suntuosas alfombras, mobiliario, utensilios de menaje del hogar… Todo es posible, de tipo árabe, o simplemente que nos parezca de los años del Cid. Puedes volver a tu casa con una lámpara de Las Mil y una Noches, con un juego de cucharas de madera o incluso con un cuenco tibetano. Igualmente puede sorprendernos algún puesto de objetos y libros de segunda mano.

Espectáculos

Otro de los mayores alicientes de este evento veraniego es aquello que sucede junto al puente medieval. Junto al Duero, en la pequeña isla que forman sus aguas, tienen lugar recreaciones como justas, luchas de espadas y otros torneos medievales llevados a cabo por algunos de los mejores especialistas del país.

El centro de reunión

Por último, lo que es imprescindible son unas buenas tabernas. La plaza mayor de la villa se rodea de puestos de comida y sobre todo bebidas por lo que es el lugar ideal para terminar la visita y seguir disfrutando de este singular ambiente y que tanto éxito tiene. Además, suelen ser jornadas calurosas, pues siempre tiene lugar durante el tercer o cuarto fin de semana de agosto y se agradece tomar algo refrescante. Seguro que hace unos siglos no tenían tanta facilidad pero acceder a una cerveza fresca o a cualquier bebida acompañada de hielos, pero esto es lo mejor de combinar el medievo con la era moderna.

Un paseo por San Esteban

Esta bonita localidad perteneciente a la D. O. Ribera del Duero nos espera a algo menos de una hora de camino y por ello lo mejor es amortizar el viaje. Pero en está ocasión no tenemos ningún inconveniente. San Esteban es uno de los núcleos turísticos de su zona por excelencia. El principal protagonista es el románico que allí encontramos gracias a las iglesias de Nuestra Señora del Rivero y San Miguel, con la primera galería porticada de Castilla. Es posible también subir hasta las ruinas de su castillo o pasear por si barrio de bodegas tradicionales. Si lo prefieres puedes acercarte hasta la zona de baño de la Rambla en el Duero.

En resumen, la fama de este pueblo y de su mercado está más que justificada pues se ambienta en un entorno inmejorable entre soportales, patrimonio y el buen hacer de sus gentes que no dudan en vestirse con atuendos de época.

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